LA GULA
LA GULA
POR: ARGUINALDO ©
Amigos, amigas que me leen, de nuevo contigo tu amigo
Arguinaldo trayéndote la reflexión de cada semana para que alimentes tu alma
con la misma alegría y entusiasmo con la que alimentas el resto de tu cuerpo.
Precisamente de eso se trata la reflexión de esta semana: de alimento.
Hoy, en esta serie de ensayos que estamos atravesando le correspondió el turno
a la gula, pero ¿Qué es la gula?
La gula es la
sensación de placer desmedida provocada por el hambre y su saciedad exagerada.
Es decir, la gula es la sensación increíble que tenemos por
devorarlo todo, pero no es la comida la que se llena ese placer sino que es el
deseo de estar mordiendo, el sabor, por eso el glotón se siente satisfecho con
el sabor del alimento y su placer se deriva del comer. Comer es bueno, no solo
es bueno sino indispensable para cualquier cuerpo, pero la gula no se refiere
al comer sino al exceso en comer.
Hoy más que nunca
la gula nos invade
Hace unos años era difícil encontrar a una persona con sobrepeso
o con obesidad mórbida (palabra que se deriva de morbo, enfermo o desagradable
–según el caso), pero hoy en día ya no solo es normal sino que es común
encontrar personas con sobrepeso exagerado y por voluntad propia (no por causa
de enfermedad). Eso se debe a que la mayoría se ha dejado llevar por el sabor
de las cosas, pero el sabor proviene del exterior de las cosas, por ejemplo, de
las salsas, de los condimentos, de los ingredientes que adornan la comida, pero
no de la comida en sí. Lo que hace que a una persona le guste un producto no es
el producto en sí, sino su sabor, su apariencia y en la industria se han dejado
llevar por esos gustos para trabajar por y para el sabor y la apariencia, no
para el desarrollo del alimento como tal; hoy en día se puede encontrar un
alimento que sabe delicioso, pero que está fabricado con papel reciclado o
plástico, pero eso no vale, no se toma en cuenta porque lo que prevalece hoy en
día es el sabor, si sabe rico vende mucho, si es nutritivo pero se ve mal,
no vende nada. Y todo eso se deriva de la estética y de una era en la que solo importa
la apariencia, lo de por fuera sin tener en cuenta la esencia de las cosas y su
necesidad en nuestras vidas. La mayoría ha caído en una rueda que gira sin fin
cuyo objetivo es saciar esa ansiedad que provoca el deseo de comer y cuya consecuencia
es el exceso, el desespero por la saciedad, el sobrepeso, la enfermedad y la
soledad.
La
gula te enferma.
La
gula te deja solo.
La
gula te engaña.
La
gula te adopta y luego te abandona.
No conozco alguien que padezca de gula y que este rodeado de
personas que lo quieren y eso se da, no porque no tenga familiares o amigos
sino porque nadie que quiera a otro permitiría que ese otro comiera sin saciarse
hasta que no pudiera moverse de la cama. El amor y el cariño hacia otros se manifiesta
en compromiso, pero cuando alguien no tiene freno y nadie le dice nada o lo
corrige, es porque nadie lo quiere. Recuerda estas palabras:
Al
que poco se le ama poco se le corrige
¿Sabes quién dijo eso? Coméntalo. Es la verdad, un glotón o
una persona que sufra de gula está abandonado y en completa soledad porque
llegó a ese punto sin importarle a nadie y eso lo deprime y lo obliga a
satisfacerse de la única forma conocida para el paciente: comiendo. Mi consejo
si ese es tu caso, es que busques otras amistades y otras personas que te
ayuden a corregir tu enfermedad.
La
voluntad para el glotón es su principal lucha.
Por lo general, la persona que come en exceso se va
encerrando en un círculo de satisfacción egoísta hasta que se queda solo, olvidado,
abandonado y enfermo sin remedio. Si ese es tu caso, busca ayuda, la necesitas
y hay personas preparadas para ayudar a superar tu exceso.
Pero, si tu caso no es que comas mucho, te tengo noticias: la gula no solo se refiere a la comida y a
lo que entra por la boca. También se refiere a todo lo que el exceso nos
provoca placer. La biblia y sus estudiosos se referían a la gula como el pecado
de comer en exceso, pero hoy en día ese concepto está incompleto, porque hoy en
día se debe tener en cuenta que:
La gula se
refiere a todos los excesos que generan un placer.
Hoy en día vemos gula en la mujer que se compra ropa y ropa
para amontonarla sin usarla. Vemos gula en las personas que compran y compran
mil artículos para verse bien sin preocuparse jamás de lo que tienen en el
corazón. Vemos la gula en los que compran y compran para aparentar ser algo que
no son y que nunca llegaran a ser. Vemos gula en la corrupción, en los que roban
y roban y entre más tienen más roban, no pueden calmar su ansiedad, no pueden
saciarse con nada.
Los
corruptos sufren de gula y devoran todo lo que encuentran y están dispuestos a
devorase a si mismos con tal de complacerse.
Porque el verdadero placer que llenan no es el de tener
dinero o el de comprar cosas, no, el placer para ellos está en el robar y les produce
una satisfacción tan grande que se justifican, lo vemos todos los días en la
prensa, salen diciendo que lo que hacen no es malo sino que es parte de un
proceso y que si ellos no roban otros robarían por ellos. Date cuenta que ahí,
el placer no es tener dinero, ni carros ni mujeres, esos son gastos añadidos
que no les importa, el verdadero placer para ellos es robar ¿para qué? Para
saciar su placer, no el terrenal del sexo, las drogas o el alcohol, no, eso
pasa por añadidura, la gula se refiera al placer interno: a la satisfacción de
cometer un crimen y salirse con la suya porque compran a alguien que se deja
corromper también. Pero si el corrupto encuentra a alguien que no se deja comprar
su existencia entra en crisis porque su placer no se puede satisfacer. Lo difícil
para un corrupto es no tener a nadie para comprar, si se le permitiera todo lo
qye desea sería el ser más desdichado del mundo porque nadie se vendería para
seguirlo obligado, todo sería natural y voluntario y para un corrupto ese es el
infierno.
Por lo hablado, la gula ya no puede definirse como el simple
acto de comer en exceso para engordarse después y como el de acaparar comida
para devorarla mientras los demás miran. No, la gula ya va más allá. Lo vemos
en los millones de videos al día, en los miles de canales en la tele, en las
filas interminables para conciertos de cantantes que cantan todos lo mismo.
La gula se ha
convertido en un negocio de oferta y demanda.
Así como la industria se ha preocupado más por mejorar el
sabor de la salsa que el de la comida, así mismo existen personas expertos en
generar los contenidos que se consumirán en la radio, la televisión o el internet.
No importan su objetivo o si dejan alguna enseñanza o no. Hay muchos incluso
que ya son expertos en generar malos comentarios sobre otras personas con el
único objetivo de llamar la atención y de recibir aplausos y likes mientras se
ocultan las verdaderas intenciones y el hecho rotundo de que esas personas que critican son igual de
defectuosas a sus criticados.
La
gula por llamar la atención mueve los medios y los medios se mueven al ritmo de
las ofensas, de los improperios y de la falsa tolerancia.
El otro defecto característico de la gula es el egoísmo, el
no compartir. El glotón se caracteriza por llevarse el pastel completo para
comérselo solo en un rincón en donde nadie lo vea y sin regalarle ni una sola migaja
a los demás que lo pueden ver saboreándose o antojándose de su delicioso
postre.
Pero ese mismo egoísmo que tiene el glotón lo tienen muchas
personas en sus distintos niveles en la sociedad. Un ejemplo claro de eso, lo
da el saber, el egoísmo de conocimientos que tienen muchos y que les impide
compartir lo que saben con los demás; muchos tienen la fórmula de las
enfermedades, de los problemas o de las crisis, pero se las guardan para
sacarle provecho propio o, simplemente, para no contarle a nadie más que esos
problemas tienen solución. Conozco médicos fantásticos pero que son inaccesibles
para los enfermos por sus altos costos. Conozco profesores que no le dicen la
verdad a sus alumnos para que ellos nunca lleguen a saber mucho y no les quiten
el trabajo. Conozco chefs que compran comida de segunda, le ponen un nombre
bonito y cobran miles por esa porquería. Eso también es gula, es la gula de
acaparar por egoísmo ¿De qué sirve un sabio que no comparta lo que sabe? Es un glotón
de sus conocimientos, solo eso y nada más.
El glotón
come y come sin pensar, nunca para qué sirve su alimento.
Lo hace solo por el hecho de devorar y de demostrarles a
otros que puede devorar más. No caigas en eso.
La
gula es sinónimo de inseguridad.
El alimento es el motor de la vida, pero cuando una persona
come y come sin medidas es porque no sabe qué clase de motor tiene. Eso pasa
con el dinero, con los carros, con los zapatos, con las joyas, con los
cosméticos, con las parejas, con todo. No se sabe con exactitud por qué se los
tiene, solo se sabe que se tiene como para demostrarle al espejo que ahí existe
algo, pero el espejo solo muestra lo de por fuera, no lo de por dentro.
¡La sed de tener
no se sacia nunca!
Es seguro. Nada se sacia cuando lo único que le importa a uno
es el tener para presumir y para demostrar lo que no se puede con actos o con
hechos.
Tener
es de incompetentes
Actuar
es de humanos.
Recuerda la frase de Chaplin con la que iniciamos esta semana
en la colcha, parche parlanchín:
Pensamos
demasiado y sentimos muy poco.
Los seres humanos debemos actuar bajo nuestro sentir y
nuestra satisfacción personal no para adquirir cosas y presumir prepotentes de nuestros
fracasos. Si tú eres así y te preocupas más por acaparar, por devorar, por
demostrar ser más que los demás, te tengo noticias:
A nadie le importa lo
que aparentas
Porque todo eso solo es un engaño y acuérdate que el único
afectado con el engaño es el que dice la mentira, date cuenta que cuando una
persona aparenta lo que no es, siempre termina cayendo en su propio abismo
porque:
Los
demás descubren el hipócrita en el glotón de sus propias mentiras.
Si eres uno de sus, te aconsejo que dejes la glotonería, que
no comas más de lo necesario, de lo que tu propio cuerpo te reclama y necesita.
Recuerda
que alimenta más un pequeño trozo de salmón que un bulto entero de harina.
Existe una gran diferencia entre osos dos consejos. Ojo con
esto.
Una cosa es comer
y otra es alimentarse. Una cosa es vivir y otra aparentar vivir. Una cosa es
tener para vivir y otra cosa es vivir para tener.
Soy tu amigo Arguinaldo que te invita a alimentarte no solo
con buena comida si no también con los buenos hábitos que te pueden hacer dueño
de una vida plena y tranquila
La
tranquilidad es el alma del bondadoso,
La
preocupación y el desespero del glotón.
La gula solo te va atraer preocupaciones y desespero porque
la ansiedad para saciarla cada vez será más grande y los recursos menores o más
escasos para poder llenar ese vacío extremo. Te aconsejo que vivas feliz,
tranquilo y con lo que necesitas para vivir bien, no con mas, lo demás, como
decía un amigo: son problemas que no se
necesitan y plata que no se necesita ¿Para qué más? ¿Para qué diez casas,
diez carros o diez mujeres? ¿Para engañarlas a todas, para no poder ser sincero
con ninguna? Problemas, solo problemas que no te dejaran vivir bien ni darte
cuenta de toda la belleza que te rodea. Ten una casa para vivir, un carro para
transportarte y una mujer para amar. Recuerda que
Una mujer que te amé
vale más que diez que te cobren.
No puedes permitir que los demás te valoren como persona por
lo que tienes y por el valor comercial que representas en ellos, tú debes valer
para los demás por lo que eres, por la felicidad que te irradia y por la
plenitud que te acompaña y eso no se compra en una tienda, se logra día a día y
paso a paso.
La primera norma del reciclaje
es no comprar lo que no se necesita.
Esa es la gula comercial, comprar y comprar y comprar sin
necesitar nada, eso es lo que tiene a muchos contra las cuerdas y esperando el ultimo
empujón para caer de cabeza en un pozo sin fondo. La solución está en tus ojos,
frente a tus narices: no compres lo que no necesitas. No caigas en la
glotonería comercial, eso también es gula.
El
amor no tiene día de la madre ni del padre, ni de la amistad, ni de la familia,
el amor tiene todo el tiempo del mundo para expresarse.
No esperes a que llegue el día, ese día es hoy y ese momento
es ahora. No te dejes llevar por el comercio, el hecho de que vendan cosas no
significa que tú las tengas que comprar todas. Ten cuidado con eso.
Soy tu amigo Arguinaldo que te da las gracias por seguir
conectado con nosotros en La colcha,
parche parlanchín. Cada vez somos más grandes pero no es debido a nuestra
gula sino al trabajo y al tiempo que le dedicamos a este proyecto, somos más grandes
porque queremos expresar lo que somos, lo que sabemos y queremos compartirlo
con todos los que quieran oírnos y leernos. Nos vemos la próxima semana con el siguiente
tema de nuestra serie sobre los pecados capitales.
Pilas, no quiero
verte rodeado de cosas que crees que valen más que tú.
Adiós. Tu amigo, Arguinaldo.
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