GARY OLDMAN. UN ÓSCAR HISTÓRICO
GARY OLDMAN. UN ÓSCAR HISTÓRICO
Por: CINEWEEKCO
Y por fin ganó.
Después de casi 100 interpretaciones y 36 años de carrera frente
a las cámaras, por fin ganó el Óscar uno de los mejores actores de la historia
reciente del cine: Gary Oldman.
Dotado de un temperamento único y de un talento sin límites
Gary Oldman nos ha entregado lo mejor de su repertorio en Darkest Hour, no solo por su maquillaje y su buen uso del centro de
gravedad, sino por su fuerza y por su conmovedora evocación de un personaje icónico
de la guerra como Winston Churchill. Pocos podrían haber tocado la fibra más
sensible de un personaje tan fuerte como lo hizo Oldman. Y es que en Darkest Hour vemos a un Churchill enredado, complicado, pesimista, melancólico,
casi derrotado; lejos de su imagen de líder fuerte e inspirador. Lejos de su
leyenda, esta vez lo sentimos con los pies en la tierra o, incluso, debajo de
la tierra, en lo más profundo de su cloaca junto a los más débiles de su
guerra. Y allí es donde aparece la mano de un actor que sabe lo que hace, que
sabe en lo que se metió, que sabe que hay que darlo todo para conseguir la
victoria, incluso como el propio Churchill lo declaró en su momento: Todo por la victoria, hasta el final, sin
importar cuál deba ser el final.
Pero no es la primera vez que Gary Oldman nos regala parte de
su alma. Lo ha hecho muchas veces. Recuerdo cuando lo vi en una de sus primeras
películas: Rosencrantz y Guildenstern han muerto, donde se tragaba
la pantalla y la atención siendo aún muy joven. En sus ojos se veía el coraje,
la rabia, pero también la imprudencia y la impertinencia de un ser imperfecto. Ni
hablar de cuando interpretó al mítico Drácula para hacerlo
mas mítico aun y, es que ahora, desde Gary Oldman, tenemos una imagen icónica
de Drácula muy distinta del que nos entregó Bela Lugosi o Christopher Lee; la
imagen de un Drácula feroz y elegante, tenebroso y nostálgico desquiciado y perdidamente
enamorado. Chupaba sangre y lloraba al mismo tiempo y que con golpes en su cuerpo
laceraba las heridas de su alma sentenciada.
Fue Gary Oldman el que nos hizo estremecer asesinando
inocentes, niños y mujeres, en una película magnifica: El Perfecto Asesino, atacando a otro pecador como Jean Reno hasta
encontrarse en un encuentro final hasta demostrar ¿Qué tenía la razón? Si el
amor o la corrupción. Repitió con Luc Besson en una película tan singular como increíble:
El Quinto Elemento, encarnando al desquiciado Zorg,
propietario de la peor de las suertes en el mundo del hampa, rodeado de
completos ineptos en una misión inepta. Porque también Gary Oldman sabe reírse de
sí mismo, sabe mostrarse triste y alegre, sabe mostrarse serio y ridículo,
listo y tonto, capaz y, simplemente humano.
Siguen en la lista personajes extraños donde su mimetismo y
su capacidad para poner el traje por encima de su nombre se hacen celebres:
Sirius Black en la serie de Harry Potter,
Jim Gordon en la serie de Batman de
Cristopher Nolan o Shen en Kun Fu Panda.
De sencillos para alguien como él, hasta complejos como en El Topo o ahora en Darkest Hour.
Gary Oldman se merecía el Óscar y el reconocimiento de la crítica
desde hacía tiempo, mucho tiempo. Un actor de mil caras, de mil cuerpos al que
no le importa prestarle su espíritu a ninguno de sus personajes, y eso se nota.
Felicitamos a Gary Oldman, se lo merece. Ojala tuviéramos más actores como él y
menos modelos llenando las salas de cine.
Las caras de Gary Oldman.
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DARKEST HOUR |
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DRÁCULA |
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EL QUINTO ELEMENTO |
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EL PERFECTO ASESINO |
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