EL PLANETA DE LOS SIMIOS: LA GUERRA
EL PLANETA DE LOS
SIMIOS: LA GUERRA
POR: CINEWEEKCO
Llega a las salas de
cine de todo el país
El planeta de los simios: la guerra. La ultima de su especie en una trilogía que ha revivido de manera
exitosa la franquicia iniciada en el año 1968 con El planeta de los simios. Obra
clásica en el cine de ciencia ficción y desastres apocalípticos, dirigida por Franklin Scheffer,
visionario talento americano pionero de la imagen en movimiento en la televisión
mundial y ganador del Óscar a mejor director en el año
71 por esa pieza increíble
de guerra llamada Patton, se basaba en la novela de Pierre Boulle (también escritor de otra obra transcendental
en el cine como: El puente sobre el rio Kwai), para mostrarnos la visión más
devastadora de lo que la evolución humana había sido capaz de generar: su
propia extinción y el dominio de una especie que, en apariencia, era
inferior a la nuestra.

El resultado, en épocas
artesanales y de talento manual tanto en taquilla como en critica, fue sensacional;
lo que originó una seguidilla de películas que terminaron en el año 75 con una
serie animada de 13 capítulos, producidos por la casa DePatie – Freeleng y
mucho más cercanos en trama al texto original creado por Boulle, donde se plantaba
la idea premonitoria de lo que sería el destino de la raza humana si fuera otra
especie animal la que dominara el mundo y los humanos fuéramos simples animales
utilitarios que sirvieran de entretenimiento o de labor para la raza que
reinaba.

No fue sino hasta el año 2001
cuando el esencial cineasta Tim Burton, nostálgico siempre de su infancia y de
sus fantasías de niño, retomó la idea y puso a Mark Wahlberg a comandar la
nave y a enfrentarse a la verdad de un mundo que ya no podía gobernar y en el que
solo era un esclavo. Esta entrega, aunque se acercaba mas al texto de Boulle
que ningún otro intento previo, fue recibido con escepticismo, sarcasmo y la propia ironía de la adaptación. Aunque no fue un fracaso, tampoco se destacó y
su continuación quedó renegada a los rumores.
Pero, como toda gran idea, por
allá en el año 2011 revivió y, ayudada por los recursos técnicos y tecnológicos digitales,
se levantó de sus cenizas como una especie nueva en el laberinto de las pantallas. Esta vez fue
Rupert Wyatt el encargado de llevar el timón en la nueva entrega, pero Wyatt,
al contrario de sus antecesores, no repitió la dosis sino que se encargó de
mostrarnos el origen del problema, el origen de la situación que llevaría a la
extinción a la raza humana y a la cumbre a una especie que se veía con desdén
por su primitiva naturaleza.
Un riesgo dramático que hoy en día
se agradece por haber sido inteligente y necesario para una saga que necesitaba una
base. Y de eso se trata la trilogía de este milenio y que concluye con la película de esta semana.
Del origen del planeta de los simios y de los argumentos que llevaron a los
simios a conquistar el mundo.
Como siempre se planteó en la
saga, la destrucción del hombre se originaba por la propia mano del hombre. Y
fue en el origen del planeta de los simios en el que se nos mostraba como el
doctor Rodman, interpretado por James Franco, llevado por unos deseos
incontrolables de salvar de la enfermedad a su padre, desarrolló un medicamento
que inyectado en simios provocaba el despertar de un conocimiento y de toda una
civilización para una especie que hasta ese día había permanecido dormida. Y
con ese despertar también se despertaba toda una cadena de valores y
antivalores propios de una sociedad que clama por justicia. Fue allí, cuando el
joven simio Cesar, al ver las injusticias y los abusos de los humanos a su especie,
se rebeló, se armó y organizó a los suyos para enfrentar a sus captores.
Cesar y los suyos se enfrentaban
al mundo y a la verdad que se les había impuesto mientras los humanos se veían
mermados por infecciones, violencia y explosiones que pondrían a las dos
especies a la par sobre el suelo de San Francisco.
Tras la tregua tensa planteada en El planeta de los simios: La confrontación, segunda de esta trilogía. Quedaba dispuesto
que una de las dos especies debía reinar sobre la otra. Para eso llega esta
entrega El planeta de los simios: la guerra. Para revelarnos las razones
reales de la confrontación y para exponer los siempre ricos planteamientos del
por qué un mundo próspero y humanizado hasta el último de sus rincones termina
siendo salvaje, inflexible e indoloro. Premonitorio tal vez, de las decisiones
que hora estamos tomando y apoyando.
El planeta de los simios: la
guerra, termina con éxito ese fragmento inicial y básico en la saga de este milenio y nos prepara,
para lo que seguramente será otra seguidilla de películas estruendosas que,
como en los años setenta, terminara cuando ya no se pueda exprimir más del tema
y creamos que lo irónico seria ver a un humano reinando con inteligencia.
Cineweekco.
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