EL PLANETA DE LOS SIMIOS: LA GUERRA



EL PLANETA DE LOS SIMIOS: LA GUERRA

POR: CINEWEEKCO

Llega a las salas de cine de todo el país El planeta de los simios: la guerra. La ultima de su especie en una trilogía que ha revivido de manera exitosa la franquicia iniciada en el año 1968 con El planeta de los simios. Obra clásica en el cine de ciencia ficción y desastres apocalípticos, dirigida por Franklin Scheffer, visionario talento americano pionero de la imagen en movimiento en la televisión mundial y ganador del Óscar a mejor director en el año 71 por esa pieza increíble de guerra llamada Patton, se basaba en la novela de Pierre Boulle (también escritor de otra obra transcendental en el cine como: El puente sobre el rio Kwai), para mostrarnos la visión más devastadora de lo que la evolución humana había sido capaz de generar: su propia extinción y el dominio de una especie que, en apariencia, era inferior a la nuestra.

Charlton Heston, galán y estrella de la época, seducido por ese oscuro planteamiento de un mundo gobernado por simios, chimpancés y otros primates, en una clara alusión de una sociedad que se consumía así misma hasta devaluarse y destruirse, fue el encargado de interpretar el comandante George Taylor, el único superviviente de un experimento científico que lo devolviera a la tierra milenios después de su partida y que lo enfrentaría a un especie, de la que él se burló por su simplicidad antes de partir hacia el espacio, cuando los humanos, todavía tenían el mando y el botón de su destrucción sin descubrir.


El resultado, en épocas artesanales y de talento manual tanto en taquilla como en critica, fue sensacional; lo que originó una seguidilla de películas que terminaron en el año 75 con una serie animada de 13 capítulos, producidos por la casa DePatie – Freeleng y mucho más cercanos en trama al texto original creado por Boulle, donde se plantaba la idea premonitoria de lo que sería el destino de la raza humana si fuera otra especie animal la que dominara el mundo y los humanos fuéramos simples animales utilitarios que sirvieran de entretenimiento o de labor para la raza que reinaba.

Con este serie animada, una serie con personajes reales de catorce episodios, cinco películas y un sinnúmero de artilugios de venta en las esquinas. El planeta de los simios y su tema quedó más que gastado y exprimido, al punto que se decidió no volver a  tocar jamás.

No fue sino hasta el año 2001 cuando el esencial cineasta Tim Burton, nostálgico siempre de su infancia y de sus fantasías de niño, retomó la idea y puso a Mark Wahlberg a comandar la nave y a enfrentarse a la verdad de un mundo que ya no podía gobernar y en el que solo era un esclavo. Esta entrega, aunque se acercaba mas al texto de Boulle que ningún otro intento previo, fue recibido con escepticismo, sarcasmo y la propia ironía de la adaptación. Aunque no fue un fracaso, tampoco se destacó y su continuación quedó renegada a los rumores.

Pero, como toda gran idea, por allá en el año 2011 revivió y, ayudada por los recursos técnicos y tecnológicos digitales, se levantó de sus cenizas como una especie nueva en el laberinto de las pantallas. Esta vez fue Rupert Wyatt el encargado de llevar el timón en la nueva entrega, pero Wyatt, al contrario de sus antecesores, no repitió la dosis sino que se encargó de mostrarnos el origen del problema, el origen de la situación que llevaría a la extinción a la raza humana y a la cumbre a una especie que se veía con desdén por su primitiva naturaleza.


Un riesgo dramático que hoy en día se agradece por haber sido inteligente y necesario para una saga que necesitaba una base. Y de eso se trata la trilogía de este milenio y que concluye con la película de esta semana. Del origen del planeta de los simios y de los argumentos que llevaron a los simios a conquistar el mundo.

Como siempre se planteó en la saga, la destrucción del hombre se originaba por la propia mano del hombre. Y fue en el origen del planeta de los simios en el que se nos mostraba como el doctor Rodman, interpretado por James Franco, llevado por unos deseos incontrolables de salvar de la enfermedad a su padre, desarrolló un medicamento que inyectado en simios provocaba el despertar de un conocimiento y de toda una civilización para una especie que hasta ese día había permanecido dormida. Y con ese despertar también se despertaba toda una cadena de valores y antivalores propios de una sociedad que clama por justicia. Fue allí, cuando el joven simio Cesar, al ver las injusticias y los abusos de los humanos a su especie, se rebeló, se armó y organizó a los suyos para enfrentar a sus captores.

Cesar y los suyos se enfrentaban al mundo y a la verdad que se les había impuesto mientras los humanos se veían mermados por infecciones, violencia y explosiones que pondrían a las dos especies a la par sobre el suelo de San Francisco.

Tras la tregua tensa planteada en El planeta de los simios: La confrontación, segunda de esta trilogía. Quedaba dispuesto que una de las dos especies debía reinar sobre la otra. Para eso llega esta entrega El planeta de los simios: la guerra. Para revelarnos las razones reales de la confrontación y para exponer los siempre ricos planteamientos del por qué un mundo próspero y humanizado hasta el último de sus rincones termina siendo salvaje, inflexible e indoloro. Premonitorio tal vez, de las decisiones que hora estamos tomando y apoyando.

El planeta de los simios: la guerra, termina con éxito ese fragmento inicial y básico en la saga de este milenio y nos prepara, para lo que seguramente será otra seguidilla de películas estruendosas que, como en los años setenta, terminara cuando ya no se pueda exprimir más del tema y creamos que lo irónico seria ver a un humano reinando con inteligencia.

Cineweekco.




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