EL SÍNDROME DE LA PROMESA


EL SÍNDROME DE LA PROMESA ©

POR: ARGUINALDO ©


Amigos, amigas que me leen, de nuevo contigo tu amigo Arguinaldo, ya un viejo conocido que te trae un nuevo alimento para la parte del cuerpo más importante: el alma. El alma es la parte de nuestro cuerpo que nos hace caminar hacia algún lugar, que nos permite querer a nuestros seres más cercanos y que nos da confianza cuando tenemos superar los obstáculos.

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Yo creo que esta vez si sabes de qué se trata el síndrome de la promesa, seguro que alguna vez te ha pasado ¿Has prometido y prometido hacer algo, cumplir un sueño, llegar a algún lugar especial, pero nunca lo has cumplido?

Ahí está, así de fácil, ese el síndrome de la promesa. Les prometes a tus hijos llevarlos de paseo a tierras lejanas, le prometes a tu pareja llegar a tiempo para compartir un rato juntos, le prometes al perro un viaje increíble por el parque. Te prometes a ti mismo un cambio, una dieta, un poco más de sueño, de descanso, una vida mejor, un simple regalo, pero –por alguna razón- nunca la cumples, nunca te cumples. Ese es el problema.

Lo más duro de la vida es enfrentarse uno mismo a sus propias frustraciones. No hay condena más fuerte que la que se impone uno mismo, cuando uno se mira frente al espejo y ve al que nunca le ha cumplido

Recuerda que cada promesa que no te cumplas será una condena en tu corazón.

Pero no te preocupes, te tengo la solución, es fácil y practica: No te prometas nada.

Prométete no prometerte nada.

Prométete que cada vez que te vayas a prometer algo es porque tienes posibilidades reales de cumplirte. Esa es la solución. Cumplir tus promesas, pero para cumplirlas debes estar seguro de que cuentas con las herramientas o los elementos necesarios para lograrlo. Debes tener unas metas claras, con resultados específicos y un compromiso inamovible por alcanzar esas metas. No puedes prometerte cosas imposibles porque vas a terminar frustrado y agobiado por el resto de tu vida, lamentándote por todo lo que no hiciste y lo que te faltó por hacer.

Si quieres correr una maratón de 20 kilómetros no puedes pretender entrenar el primer día corriendo 18 kilómetros, tampoco puedes iniciar con 15 kilómetros o 10, para llegar a la meta en esa maratón de 20 kilómetros el primer día tienes que comenzar tu entrenamientos aprendiendo a calentar tus músculos en un solo sitio, sin moverte de allí porque si te pones a correr como loco solo te harás daño y no llegaras a ninguna parte. Fíjate que para llegar lejos lo primero que tienes que encontrar es un sitio que esté disponible para ti, en donde  te sientas a gusto, pleno con tu vida ¿Cuántos estudian solo para conseguir trabajo y un sueldo sin que eso les garantice felicidad? ¿Tú haces lo mismo? Olvídate de eso

El dinero de un infeliz no vale nada, ni para alcanza para nada.

Una persona que solo haga las cosas por dinero está destinada a necesitar siempre dinero porque va a tratar de llenar con billetes lo que no puede con el corazón. Mientras que aquel que hace las cosas por su felicidad, por su plenitud, por su propia satisfacción, por estar en su lugar, en el que pertenece en este mundo siempre va a ser una persona grandiosa, así, incluso, no tenga tanto dinero como los demás.

El codicioso aparenta su dinero y sus bienes,
El noble solo necesita mostrar su felicidad.

La persona que realmente está feliz, que sabe que es lo que quiere y trabaja para eso, está en su sitio, en su pista para correr mil maratones y para lograr cualquier meta, el interesado no porque siempre va a necesitar dinero, cosas, objetos que llenen cualquier vacío, el que está feliz con lo que hace no tiene vacíos. Esa es la clave de la promesa. El que está insatisfecho se promete un mejor trabajo, un mejor sueldo mientras que el que está feliz se promete estar más feliz cada día y lo logra con absoluta facilidad.

La envidia del equivocado
es la plenitud del feliz

Entonces yo te recomiendo que antes de pensar en correr 20 kilómetros, te preguntes si quieres correr esos 20 kilómetros o solo te complace correr 500 metros cada día. Las personas confunden calidad con cantidad. Por eso los restaurantes que más se llenan son los que sirven unos platos que se desbordan, pero esa comida no alimenta, solo llena, solo es bagazo para el cuerpo que al final termina haciendo daño. Lo mismo pasa en la vida, las personas estudian por un trabajo, trabajan por un sueldo, cobran para comprar cosas y luego botan las cosas porque nunca las han necesitado. Solo cantidad pero nada de calidad, eso lo hacen porque no saben para donde van. La persona que realmente sabe lo que quiere no compra tantas cosas, solo compra lo que necesita, lo que le gusta y lo que lo puede ayudar a vivir mejor; el resto, como decía García Márquez: “Es plata que no se necesita y problemas que no se necesitan”

La solución para cumplir con tus metas es muy fácil entonces: Comienza por encontrar una meta y un proceso que te lleve a esa meta.

Ten claridad. Muchas personas van a la iglesia a rezar por cosas materiales y casi nunca se les hace el milagro y eso es por algo muy fácil: porque no pidieron bien el milagro, no supieron expresar su necesidad, lo que se debe pedir no es la plata para pagar una deuda sino la claridad suficiente para no tener ninguna deuda.

Si no quieres pagar, no te endeudes.

Pero las personas van a la iglesia a pedir respuestas para los problemas de afuera del cuerpo, pero nunca piden para resolver los problemas de la nariz hacia dentro.

Si no quieres tener problemas, no los busques.

Lo mismo ocurre con las promesas, se promete uno mil cosas sabiendo de antemano que no pude cumplirse, que no sirve para eso o que no está dispuesto a trabajar para ello. Fíjate en nosotros, en La colcha, parche parlanchín. Comenzamos a principio del mes de mayo y esa semana tuvimos 20 o 30 visitas, ahora, apenas cinco semanas después, ya vamos por las tres mil visitas y seguramente serán muchas más, pero ¿Por qué lo hemos logrado? Porque hasta ahora no hemos pasado un solo día sin trabajar, siempre hemos publicado algo, mantenido nuestras redes, cada día mostramos algo nuevo, algo interesante y sin pedir nada a cambio, porque nuestro compromiso no es con el dinero o con la publicidad sino con nosotros mismos y con ustedes, claro, nuestro compromiso es sentir y compartir lo que sentimos. La tenemos clara y, por esa razón, nos va tan bien con herramientas tan sencillas como nuestro amor por lo que hacemos, nuestra imaginación, nuestra creatividad y nuestras ganas de explorar cosas nuevas sin hacerle daño a nadie. Fantástico.

Ahora mira la historia de los cantantes o artistas que te gustan. Ninguno nació siendo una estrella ni sacaron su primer disco a las dos semanas de vida ¡No! Primero tuvieron que descubrir su talento, para lo que eran buenos y luego tuvieron que trabajar día tras día mejorando sus ritmos, sus tonos; luego trabajaron desde cero para darse a conocer, para que los escucharan en los bares o en las fiestas, luego en la radio o en las redes y así pudieron crecer y comenzar a tener éxito. Pero no fue un relámpago que cayó sobre ellos y los hizo famosos sino que esa fama es producto del trabajo, del sacrificio y de la perseverancia. Y si tú sabes eso y conoces esas historias ¿Por qué no lo aplicas? ¿Por qué quieres que todo te llegué en un instante? ¿Por qué crees que no hay necesidad de trabajo para cumplir tus metas y tus promesas? Relájate. Tómala suave. Camina paso a paso, con constancia, claro, pero paso a paso.

Para cumplir una promesa primero traza su proceso

Traza tu proceso, dedícale tiempo a planear tus cosas. Conozco personas con plata que no han llegado a ninguna parte. Conozco pobres que conocen todo el país y los países vecinos. Trázate objetivos claros, sencillos. Para construir un edificio no se comienza por el techo ni comprando los materiales, primero se hace el plano, los diseños y se pide permiso para saber si ese edificio puede ser posible. Lo mismo pasa contigo te prometes el cielo, pero sin querer tocar el suelo, ahí está el detalle.

Mira  lo que le pasa a los que quieren bajar de peso, se ponen como meta bajar kilos, 10, 15 o hasta más kilos en un tiempo corto. Comienzan y al principio bajan mucho porque lo que están quemando es solo la grasa superficial, entonces se animan, pero luego se estancan y se desaniman porque no bajan de peso, entonces vuelven a comer porque creen que la dieta no funcionó; pero no se detienen a pensar que todo eso era parte de un proceso y que ese estancamiento era solo la reacción natural del cuerpo que se está preparando y acomodando para seguir bajando de peso de forma distinta, pero por lo general, el que hace dieta solo ve números y se deja guiar por ellos, entonces si no hay buenos números en la balanza, tira la balanza a la basura y sigue comiendo basura

Si quieres triunfar no puedes tirar la balanza a la basura ¡Tienes que seguir!

Un triunfo no se cosecha por la casualidad. No se gana el campeonato de futbol sentado toda la semana y jugando apenas los domingos, se tiene que entrenar siempre. No se gana el Tour de Francia sin saber montar en bicicleta o corriendo solo de bajada, hay que saber pedalear en todos los terrenos. Entonces, antes de prometerte cualquier cosa, mira si tienes una meta y si estas dispuesto a cumplir con su proceso.

El café que te tomas no sale de la planta en pocillos decorados

Todo tiene un proceso y ese proceso es el que te tienes que trazar si quieres cumplir con tus promesas. Prepárate para cumplir una meta, prepárate para luchar y, luego también, prepárate para disfrutar de la meta cuando llegues a ella. Recuerda siempre:

Si quieres un camino complicado, no te prepares.
Si quieres un camino sencillo, prepáralo todo.

Soy tu amigo Arguinaldo que te dice: prométete lo que puedas cumplir. La única forma de lograrlo es cuando sabes lo que haces y cuando conoces las herramientas para cumplir con tus promesas. Cuando cumplas esa promesa, de buena forma, con el corazón, te vas a dar cuenta que puedes prometerte algo más, algo más grande y luego te haces otra promesa y luego otra y otra. Recuerda que tus alcances son infinitos y tu ambición es sana cuando luchas por algo noble.

No se te olvide lo que eres.

Por último, que frase tan bonita la de esta semana: “Tu corazón es libre, ten el valor de seguirlo”. Soy tu amigo Arguinaldo que te invita a tener el valor y la fuerza para tener lo que quieres para prometer y prometerles a los demás lo que puedas conseguir y lo que realmente sea importante para todos. Te invito a que dejes de engañarte, a que comiences a cumplirte, comienza con esto:

No te prometas una casa entre las nubes,
Prométete unos pies en la tierra.

Nos vemos la próxima semana. No olvides compartir este contenido y el resto con tus amigos, seguirnos en las redes y estar pendiente de La colcha, parche parlanchín y de todo lo que aquí creamos. Ahora yo te prometo que en una semana estaré de nuevo junto a ti. Chao.


 Arguinaldo.

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Comentarios

  1. Arguinaldo en La colcha, parche parlanchín. Es uno de nuestros autores mas seguidos y estamos orgullosos de que haga parte de nuestra comunidad y no de cualquier otro negocio que se nutra de cualquier inocente.

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